Con el estreno de Moneyball: Rompiendo las reglas, queremos hacer un homenaje a uno de los grandes actores de la actualidad.
Que nadie ponga el grito en el cielo, el título es solo una opinión personal. Ya se que muchos dirán que vaya locura, que están Edward Norton, Leonardo Dicaprio, Christian Bale o Matt Damon, otros se irán al grupo de los feos, Hoffman, Giamatti y compañía. Pues me parece bien, pero mi opinión es que por madurez, por recorrido y por palmarés, la cosa está bastante clara, en este momento, Brad Pitt es el gran star masculino del cine actual.
Creo que Brad Pitt merece el respeto y reconocimiento que se ha ganado, su rostro y perfección física le abrieron las puertas del éxito, pero al mismo tiempo le cerraron las del reconocimiento crítico, Brad Pitt ha tenido que vivir bajo la sombra de ser un rostro bonito y nada más.
El actor ha dado muestras suficientes de su calidad a lo largo de los años, pero un exceso de portadas en la prensa rosa y alguna producción pensada para su lucimiento han ocultado la faceta interpretativa del actor. Por suerte y por sabiduría, el tiempo y la madurez han terminado por confirmar algo que muchos querían negarle, su gran talento interpretativo y su vinculación a un cine de calidad. Para muestra nombrar sus últimos seis trabajos: El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, El Curioso caso de Benjamin Button, Quemar después de leer, Malditos Bastardos, El Árbol de la Vida y Moneyball: Rompiendo las reglas.
Creo que pocos actores en la historia pueden presumir de tener en su curriculum seis trabajos seguidos de esta envergadura fílmica.
Vamos a repasar sus trabajos claves haciendo un pequeño recorrido por los puntos más importantes de su carrera.
Los 90s: Thelma y Lousie, Kalifornia, Entrevista con el Vampiro, Doce Monos, Leyendas de Pasión, Seven, Siete Años en el Tíbet, El Club de la Lucha
Thelma y Lousie (1991)
Sería su primera participación en una producción importante. Tendría un pequeño papel secundario, este fue el comienzo y el papel que lo catapultó, pero también fue su estigma. El físico de Pitt revolucionó el planeta, con una planta delgada y fibrada, las moles musculares de años anteriores pasarían al olvido, al menos durante un lustro. El termino fibrado, sustituía al musculado en las salas de gimnasio de medio planeta, las mujeres suspiraban por ese tipo de cuerpo y rostro aniñado, incluso femenino en algún aspecto, nacía el nuevo hombre de finales del siglo XX, nacía el metrosexual.
Por supuestos si las mujeres suspiraban y las niñas empapelaban sus carpetas con las fotos de Brad Pitt, los hombres echaban chispas ante tal semental y «rival», Brad Pitt nunca cayó bien en el sector masculino, demasiado perfecto para lo que suele ser la raza humana. Esto le pasaría factura, críticos y voces masculinas del planeta nunca quisieron tomar en serie a un joven actor que su único problema era ser demasiado guapo.
Kalifornia (1993)
Un año después ya dio muestras de su implicación con un cine diferente, arriesgado, en este trabajo Pitt encarnaba a un personaje inestable y violento, no era el galán habitual, y su interpretación ya dejaba muestras de detalles de calidad. En esta época podía haber optado por un personaje más sencillo, un estereotipo ideal de adolescentes que subiese su caché en el plantel hollywoodiense, pero no!, decidió arriesgar y está es una seña que jamás ha abandonado en su extensa carrera.
Entrevista con el vampiro (1994)
Este es el primer ejemplo en el que un personaje a manos de Pitt acaba llevándose el gato al agua y convirtiéndose en rey casi absoluto de la función. Brad Pitt ejercía de secundario en esta adaptación de la obra de Rice, a su lado tenía al gran actor del momento, al laureado Tom Cruise, el cual todavía no había abandonado el planeta tierra y continuaba siendo un talento en potencia. Era la estrella de aquellos primeros años 90, el más famoso, el mejor y el más premiado. A su lado aparecía otra estrella emergente, el exótico para el mundo de Hollywood Antonio Banderas, un actor que llegaba a la gran industria por la puerta grande.
No fue suficiente para Brad Pitt, con permiso de una infante Kirsten Dunst, la otra estrella de la función, todos los planos en los que el actor de Okhaloma aparecía eran suyos. Pitt atraía la cámara y al espectador, bordaba un personaje diferente, atípico y dejaba un aviso a actores como Cruise diciendo que tuviesen cuidado, que el futuro podía ser suyo.
Doce Monos (1995)
Pitt consiguió callar a una parte del mundo, el primer reconocimiento de la industria y casi último a la vez le llegó pronto. En esta película de Terry Gilliam Pitt olvidaba su físico en casa y bordaba un personaje afincado en la locura, el actor conseguía realizar un papel a priori no solo bastante difícil, sino teóricamente muy alejado de sus características. No fue problema, un soberbio trabajo apoyada en la mirada, fue suficiente para su primera nominación a un Oscar, además consiguió llevarse para casa el Globo de Oro a mejor actor de reparto de aquella edición.
Leyendas de Pasión (1995)
1995 sin duda sería un año clave en su carrera, venía de realizar el soberbio papel secundario en Doce Monos, y ahora tenía la oportunidad de lucirse como autentica estrella en una gran producción, una película a manos de Edward Zwick pensada para arrasar en los Oscars, a su lado nada más y nada menos que Anthony Hopkins, que en aquel momento ostentaba el cetro de mejor actor del planeta.
Pero a Pitt esta vez le salió el tiro por la culata, una vez más el físico le paso una mala jugada, la cámara jugó a desearlo y el resultado fue claro, las mujeres solo querían un Pitt en sus vidas y los hombres solo querían matarlo. Nadie se preocupó de su interpretación, de si era buena o mala, contenida o excesiva, dio igual, a Pitt solo le llovieron críticas por parte de la prensa.
Seven (1995)
La tercera de ese mismo año, un casi desconocido por aquel entonces David Fincher, elegía a Brad Pitt para interpretar al personaje principal de su segunda película. Seven sin duda fue un éxito en taquilla, la gente se volcó con la propuesta, las salas se llenaron y los productores se frotaban las manos viendo como sus arcas subían, pero una vez más, la crítica norteamericana demostró no tener ni idea, llegar tarde a los sitios y no ver los cambios ni los nuevos movimientos. Ya había pasada infinidad de veces con otras obras o directores, el mismísimo Alfred Hitchcock tuvo que ser descubierto en Europa a causa de la incompetencia de los «expertos» norteamericanos.
A día de hoy Fincher es un ídolo, Seven tiene el prestigio que se merece y Brad Pitt empieza a ser reconocido, pero en ese 1995 la cosa no fue así, Seven fue tratado como un simple producto comercial.
Siete años en el Tíbet (1997)
Después de realizar algunas producciones digamos menores (si películas como Sleepers se pueden considerar menores), Pitt se ponía bajo las ordenes del director francés Jean-Jacques Annaud, la película era y es un biopic sobre Heinrich Harrer, con lo cual estábamos ante una cinta ideada para arrasar en los premios de ese año. Una historia épica, dramática y real bajo las ordenes de Annaud y la interpretación de Pitt, al final la cinta pasó al olvido en su momento de estreno, la taquilla no fue mala, pero la ausencia de premios la aisló de la memoria cinéfila de aquel año.
Vista hoy en día nos damos cuenta de la calidad que el actor supo dar al film, y de la madurez interpretativa que ya empezaba a mostrar, sin duda un clásico a revisitar.
El Club de la Lucha (1999)
Finalizamos la década de los 90 con una de las mejores obras del actor. Aquí debemos destacar dos cosas, primero que vuelve a repetir con David Fincher como director, y al igual que les ocurrió en Seven, la crítica no estuvo preparada para tal acontecimiento. En la actualidad El Club de la Lucha es una de las obras claves de finales de los 90 y pieza fundamental del nuevo cine de la década del 2000, es decir del cine actual, pero en su momento fue repudiada por una crítica anquilosada y sin miras de evolución.
El segundo punto a destacar es que Brad Pitt se la jugaba, se ponía frente al actor de moda, frente al actor que ya empezaba a ser nombrado como el mejor de su época, el heredero de Brandon y DeNiro, nos referimos a Edward Norton. El resultado de ese duelo se ve claro en la actualidad, en su día no por motivos ya citados en este artículo, y es ni más ni menos que Brad Pitt consiguió empequeñecer a la estrella del momento.Vista en este momento vemos como Norton consigue crear una actuación y personaje soberbio, pero Brad Pitt se adueña una vez más de la función y se convierte en la estrella absoluta del film. Si la vida fuese justa, el actor debió haber ganado más de un premio en ese año 1999.
Bueno, finalizamos el repaso a las películas más destacadas del rubio de oro en la década de los 90.Este artículo es solo la primera parte de un especial sobre Brad Pitt que iremos publicando a lo largo de las próximas semanas.