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Esta película ganó el premio a mejor dirección en en festival internacional de cine de acción de 2019 celebrado en Sevilla. Cuando uno ve la película rápidamente se da cuenta de dos cosas, una que los nuevos directores de cine no tienen nociones básicas de cómo filmar cine de verdad, solo tienen nociones de como filmar videoclips, y dos, que los jueces de los festivales tampoco tienen nociones básicas de que es el cine. Que ‘Acceleration. Velocidad asesina’ se llevase el premio a mejor dirección solo tiene dos respuestas posibles, una que los jueces fuesen analfabetos cinematográficos totales o dos, que se presentase ella sola a concurso. Como supongo que habría más candidatas nos quedamos con la opción uno.

Y es que, si en algo podría haberse llevado un premio esta película es en la dirección de fotografía realizada por Jan-Michael Losada, quien consigue darle un buen ambiente nocturno por medio de diferentes colores planos y distintos seleccionados para cada uno de los fragmentos del filme, además de hacer un uso de las luces y las sombras mucho más personal y trabajado que los que solemos ver en este tipo de producciones. Pero en cambio, respecto a lo que es dirección pura, estamos ante un despropósito en el que la historia visual sólo avanza a base de montaje acelerado y primeros planos ordinarios, donde las secuencias de combate están filmadas también a base de montaje y primeros planos que no te dejan ver que está ocurriendo, donde las actuaciones rozan el ridículo y en las que el que más se esfuerza, el villano que corre a cargo del «Joven Indiana Jones», se pasa de vueltas algo que el director debía haber frenado. Y donde la cámara rápida molona para crear halos de luz, la ausencia de personalidad continua o la ausencia total de tensión dramática, hacen que en labores de dirección nos encontremos ante un páramo de talento que deja claro como las escuelas de cine a base de profesores inútiles ha dejado de funcionar. Lo que se acentúa que el cambio de prensa escrita en relación al cine, por YouTube y webs de tres al cuarto como está misma.

En tema argumental nos encontramos con una historia vulgar más donde nada sorprende y donde como mayor mal, nos encontramos ante unos personajes principales horribles, sin ganas, sin personalidad, sin registro y con un halo amater demasiado esperpéntico tanto en su diseño en el papel, como en el interpretativo.

Encontrarse series B de calidad en los videoclub de los 80s, era algo relativamente sencillo, hacerlo ahora en las plataformas de streaming es un imposible.