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‘El fotógrafo del pánico’ by Lucen (1960) | Desnudos ante el ‘Gran Hermano’ | Análisis de obra (youtube.com)

EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO

Hay obras cuyo único error es adelantarse a su época. El Fotógrafo del Pánico de Michael Powell o Peeping Tom como también se le conoce, es uno de estos ejemplos, una obra adelantada a su tiempo que ha servido y sirve de inspiración continua a cada nueva generación de jóvenes realizadores.

El METACINE

El metacine se puede considerar a la acción de hablar de cine dentro del propio cine, El Fotógrafo del Pánico es una de las películas que contienen este concepto, como de hecho, podemos apreciar en la escena inicial con los tres montajes diferentes de la misma secuencia.

En la apertura del film vemos un plano secuencia subjetivo a color desde la cámara del asesino, en él vemos cómo se perpetra el propio asesinato. En este plano estamos ante la realidad ficcionada grabando una realidad narrativa. El siguiente plano es el mismo pero en blanco negro con los títulos de crédito insertados y visto en la pantalla de proyección privada del asesino una vez positivado; en este plano vemos la realidad narrativa convertida en ficción, en imágenes de cine y en luces y sombras. Y el tercer plano no se ve, pero lo podemos imaginar, sería la auténtica realidad, la del estudio de rodaje filmando una ficción que versa sobre lo mismo. En definitiva, una especie de muñeca rusa que nos sirve para poder entender en qué estado se encuentra la mente del asesino, un pesonaje que desde su nacimiento fue subyugado a un experimento de grabación continuo por parte de su padre en una especie de Show de Truman o de Gran Hermano.

Imágenes de los tres realidades de la secuencia inicial

Realidad ficcionada.

Ficción.

Realidad Absoluta.

GÉNERO

El género del film no es fácil de clasificar, El Fotografo del Pánico no es un policíaco o thriller puro, el asesino nos es mostrado desde el principio. La película trata de explicarnos el motivo o el origen de su comportamiento pero siempre en momentos de tensión y con toques detectivescos, así que quizás el género que mejor definiría el film podría ser el drama psicológico con pinceladas de suspense o thriller. Un film extraño en su concepción y en su realización, algo que ensalza perfectamente el fundamento y significado principal de su historia.

INSPIRACIÓN

Hace un momento hablábamos de realidades, lo que sí es una realidad inalterable es que esta película es fuente de inspiración para muchísimos trabajos y directores salidos o aupados después de los 60. El mismo Michelangelo Antonioni es deudor de esta obra, varios artistas de la Nouvelle Vague también se ven inspirados por esta obra e incluso, sin ir más lejos, en nuestro país tenemos los ejemplos de Alejandro Amenábar, que nunca se escondió en reconocer una inspiración directa en su ópera prima Tesis, y por supuesto nuestro laureado Pedro Almodóvar, cuya puesta en escena es claramente una evolución en muchos aspectos de la empleada por Michael Powell no solo aquí, sino en muchos de sus otros trabajos.

Cualquiera que conozca el cine del director manchego lo está viendo en esta imagen.

O en esta. La fuentes de luz, el color, o la posición y pose de los actores nos recuerdan de manera contundente a nuestro director más internacional.

Actores sobre la pantalla de cine, algo también habitual en la planificación de Pedro Almodóvar.

LA CÁMARA OSCURA

Antes de continuar con otros detalles de la película, me gustaría hacer un pequeño paréntesis sobre el aviso y mensaje que esta película ofrecía hace ya más de 50 años.
La cinta nos habla sobre el deseo de mirar y observar la vida de los demás, concepto inicial que el film no llega a denunciar totalmente. Sin embargo, el aspecto sobre el que Powell sí deja un aviso claro y patente, que además convierte en propósito fundamental del film, es la inquietud por apreciar y disfrutar el sufrimiento ajeno. Actualmente usamos la palabra morbo para definir en cierta medida este acto, pero lo que era un aviso y denuncia hace 50 años, tristemente en la actualidad se ha convertido en realidad. Tenemos ejemplos de diversos programas o realities televisivos, canales de vídeo que ofrecen la posibilidad de subir grabaciones al instante, realizadas de una forma rápida y discreta gracias a la cantidad de dispositivos móviles existentes. Pero donde de verdad sufrimos un terrible y degenerado caso de «Peeping Tom» es en la información televisiva actual. Centrándome en España a forma de denuncia personal, tenemos varios ejemplos, pero como principal el canal más visto de nuestro televisión; sus informativos son puro voyeurismo trash, mostrar la desgracia, el miedo y el sufrimiento de los demás es su tónica y línea general, algunos jefes de informativos y los jefes de estos que los consienten son terribles y voraces Peeping Tom, gente que vive para el robo del sufrimiento ajeno, la captación y grabación de la violencia como único propósito de satisfacer una alteración o desorden ético social, creado por la propia vorágine del declive informativo y televisivo.
Pero bueno olvidemos la basura y volvamos con el arte.

ESCENA CLAVE

El Fotógrafo del Pánico es un prodigio técnico y visual, el color como suele ser habitual en el cine de Powell está tratado con una delicadeza especial, pero es quizás la composición de planos junto al uso de la luz el mayor prodigio visual de la película.
El film nos propone como escena clave y momento cumbre, el enfrentamiento entre Mark Lewiss, nuestro asesino, y Mrs Stephens, la vecina ciega que reside en el apartamento de abajo, dos personajes psicológicamente inestables.
Uno, la vecina, invidente por una negligencia médica, otro, nuestro asesino, trastornado por una científica, ambos con comportamientos nacidos de una misma raíz, divergentes en su desarrollo y convergentes en su resultado. Una, apartada de la visión, el otro, obsesionado con la misma, y sendas vidas unidas por la obsesión, como demuestra la misma arma punzante que ambos portan en los objetos a los que se ven lastrados y asidos, el bastón de invidente en una caso y el trípode camera en el otro.
Este juego de resonancias y disonancias que ambos mantiene se nos muestra con una planificación prodigiosa por parte de Powell y Heller, filmado dentro de la sala de revelado y proyección, a oscuras en su mayoría y solo iluminada por rojos de bombillas de revelado e intensos fogonazos de luz proyectada. Convierten los negros, los blancos, las sombras y las luces, en definitiva, los contrastes apoyados en la profundida de campo, en un delirio visual. Consiguen crear una de las escenas claves de la historia del cine, cuyo resultado es una secuencia, inquietante, hiriente, impresionista y bucólica al mismo tiempo, un prodigio de la realización, del gusto y de la originalidad.

HITCHCOCK DOBLE

Para finalizar apuntar que El Fotógrafo del Pánico podría intregrarse perfectamente dentro de la filmografía de Alfred Hitchcock, lo que demuestra la calidad que atesora el film. En el mismo año que se estrenaba Peeping Tom, también se estrenaba Psicosis y, seis años antes, La Ventana Indiscreta. Curiosamente la obra analizada hoy podría ser una fusión perfecta y evolucionada tanto de la idea de voyeur que propone Hitchcock en Rear Window, con la alteración psicológica patente y adquirida desde la infancia por parte de Norman Bates, protagonista de Psycho. Esta fusión no solo la apreciamos narrativamente, ya que si visualmente juntásemos la colorida fotografía típica de Robert Burks con los contrastes en blanco y negro de John L. Russell posiblemente el resultado sería el trabajo obtenido por Otto Heller en esta soberbia película.

Estos dos fotogramas de la obra de Hitchcock, podrían resumir perfectamente el origen de la obra de Powell, o más bien el origen del comportamiento y caracter adquirido por nuestro protagonista de hoy. El voyeurismo de la Ventana Indiscreta, asociado a la repulsión obsesiva de Psycho, son el resumen perfecto, en definitiva, si Norman Bates hubiese tenido como padre a L.B. Jeffreys, el resultado hubiese sido claramente nuestro querido y odiado Mark Lewiss.

APUNTE FINAL

Una película que nos enseña la cara oculta de un invento, la cámara, que tantas veces nos ha valido como vida de repuesto, una vida que a manos de un artista puede ser de ensueño y a manos de un necio, un terrible espejo de las miserias del alma humana.

FICHA TÉCNICA

Año de producción: 1960
País: Reino Unido
Dirección: Michael Powell
Intérpretes: Karlheinz Böhm, Moira Shearer, Anna Massey, Maxine Audley, Brenda Bruce, Miles Malleson, Esmond Knight, Martin Miller
Guión: Leo Marks
Música: Brian Easdale
Fotografía: Otto Heller
Duración: 97 min.