Un cientifico tiene en sus manos el destino de la humanidad. Un cyborg es programado para asesinarlo.
Aunque es una película ochentera la volví a ver después de tantos años y no me defraudó lo más mínimo. Me parece una película de acción más que correcta, muy entretenida y con buen guión. No hay que tener el prejuicio de que sea italiana. Es verdad que no tiene los efectos visuales de hoy día; pero esta película demuestra que para ser una buena película de acción no hace falta tanto presupuesto, ni tantas explosiones ni tanto efecto digital. Recuerdo que se estrenó en el cine cuando yo tenía 16 años y el cartel de la película era como para no resistirse a verla. Es una película italiana titulada Vendetta dal futuro, con muchos nombres italianos americanizados entre sus participantes. En américa la titularon Hands of Steel. Está película fue, salvando las distancias, como la respuesta italiana a la famosa Terminator de Schwarzenegger; igual que, en su día, el género Peplum fue la respuesta italiana a las películas americanas como La Túnica Sagrada, Demetrius y los gladiatores, etc. John Saxon interpreta al malo. Daniel Greene (el protagonista) era conocido por salir en la famosa serie Falcon Crest. Sin embargo, esta película tuvo una nota muy negra porque el actor Claudio Cassineli murio en el rodaje al estrellarse el helicóptero.
En la versión original, el cyborg se llama Paco, pero en el doblaje al español optaron por llamarlo Peter, aunque su verdadero nombre se muestra en pantalla en varias ocasiones. Ver películas gratis
Quizás consideraron que un cyborg llamado Paco sería un tanto kitsch. Quién sabe. Ver películas gratis
La película en su conjunto tiene cierto aire de lo cutre, pero a la vez es maravillosa. De verdad lo es.
El guion no está bien estructurado. Empieza presentando un futuro distópico donde la crisis medioambiental es catastrófica, con regiones azotadas por la lluvia ácida…, sin embargo, todo eso carece de relevancia a lo largo de la trama, que básicamente se centra en el clásico fugitivo perseguido que se refugia en un bar de carretera donde una camarera debe lidiar con camioneros ebrios y sudorosos que recorren las desérticas carreteras lejos de cualquier civilización.
Los efectos especiales son deficientes, los artilugios electrónicos como el sensor térmico para detectar al cyborg resultan risibles (te garantizo una carcajada), la coreografía de las artes marciales del cyborg es patética, los sonidos de los ordenadores son idénticos a los de la nave espacial de Yupi y Astraco.
Pero insisto en que es maravillosa. A los que nacieron en los 70/80 les encantará. Y no solo por la nostalgia,
Sino también porque a pesar de todos sus defectos, se nota la pasión con la que se ha contado una historia épica sobre un hombre-máquina que no solo intenta escapar de sus creadores, sino también de sí mismo, pues su propia existencia le horroriza.
Los que nacieron en los 90 en adelante quizás la disfruten por las risas que pueda provocar. Pero no sé si llegarán a apreciar la maravilla que tienen frente a ellos.
Desde luego, no aburre. Y lo logra sin excesos de acción. Ver películas gratis
CRÍTICA POÉTICA
En los hilos del tiempo, en la maraña de luces y sombras,
Surge «Destroyer: Brazo de Acero» con su fulgor de otra época,
Un eco de los años 80, en su estela nos deslizamos,
Una oda a lo kitsch, una danza entre lo sublime y lo grotesco.
Con su cyborg llamado Paco, rebautizado como Peter,
Navegamos entre risas y nostalgias, en un mar de emociones inciertas,
El guion se pierde entre futuros distópicos y carreteras desérticas,
Pero entre lo cutre y lo grandioso, la esencia de la historia se inserta.
Efectos especiales de antaño, artes marciales deslucidas,
Y sin embargo, un encanto que perdura, una magia indescifrable,
Como el eco de un ordenador perdido en la vastedad del espacio,
«Destroyer: Brazo de Acero» nos atrapa en su telaraña insondable.
Para los hijos de los 70 y 80, un festín de recuerdos y complicidades,
Una mirada al pasado, a las glorias y los desvaríos de la juventud,
Para los nacidos después, un banquete de risas y desconciertos,
Pero en su esencia, en su corazón, una maravilla que trasciende la virtud.
Así, entre la risa y la reflexión, entre lo cutre y lo sublime,
«Destroyer: Brazo de Acero» se erige como un monumento inmortal,
Una pieza del rompecabezas de la cultura pop, un hito entre los hitos,
Una obra que, a pesar de sus defectos, brilla con un fulgor celestial.
