DON'T LOOK UP

DON'T LOOK UP (L to R) Director ADAM MCKAY, JENNIFER LAWRENCE as KATE DIBIASKY. Cr. NIKO TAVERNISE/NETFLIX © 2021

DON’T LOOK UP (L to R) Director ADAM MCKAY, JENNIFER LAWRENCE as KATE DIBIASKY. Cr. NIKO TAVERNISE/NETFLIX © 2021

Por porcentaje, lo más seguro es que tú, lector, seas un imbécil más de esos que tan bién describe la última película de Adam McKay. La película de Netflix no va a pasar a la historia presente como una gran película, primero porque es demasiado atrevida como para que todo el poder estúpido (grandes multinacionales como Apple, Microsoft o Google, gobernantes del planeta con la Casa Blanca a la cabeza o redes sociales y medios de comunicación influyentes) dejen que este filme coja más fuerza de la que a ellos les interesa; segundo porque el estúpido televidente o consumidor de mierda no va a ser capaz de poder entender y comprender que cuan buena y cuanto cine posee esta obra maestra del cine actual. Pero no pasa nada, los estúpidos van desapareciendo con el tiempo y los que hoy tienen poder no serán nada dentro de 20 años, momento en el que el mundo si no está destruiso por estúpido entenderá que estamos ante la mejor película de 2021.

La facilidad que el director Adam McKay tiene para enseñar las miserias humanas con un toque cómico y de sátira es algo que ya demostrado varias veces y en esta, su gran obra, lo lleva al extremo siempre en términos positivos. La película cuenta una historia que describe de forma perfecta cual es la trágica situación del mundo actual, un lugar capaz de no mirar más allá de su puto teléfono móvil y su puta red social y en el cual, los que gobiernan, son putas empresas tecnólogicas de color rosa que están acabando con eso que algún día se llamo humanidad. Pero, al mismo tiempo de dominar lo narrativo, McKay es capaz de dejarnos imágenes de una beleza atroz como esa en la que el encuadre comparte el ático de un edificio en medio de una fiesta con el ras de suelo de una ciudad totalmente voilada por el pánico. A lo narrativo, visual y sonoro, hay que sumar las interpretaciones de todo el reparto con Streep, DiCaprio y Lawrence a la cabeza, los cuales están todos de Oscar.

McKay realiza un análisis tan certero como honesto de como funciona nuestra sociedad (basta con comparar con lo que vemos cada día por redes sociales ahora con la pandemia para darnos cuenta cómo de certero y atinado es todo lo que se ve en la cinta). Partiendo del descubrimiento de dos astrónomos de un cometa que chocará y destruirá la tierra en seis meses si nadie lo impide, la película se toma su tiempo en ir analizando poco a poco las etapas por las que pasan nuestros protagonistas para que se les escuche y realmente algo se ponga en marcha para evitar el desastre. Mckay no deja títere con cabeza y atiza y retrata a los medios de comunicación, las redes sociales y su funcionamiento, los políticos aprovechados de turno y toda la fauna que suele poblar posiciones de poder y que únicamente actúan por el interés propio y no por el bien mayor.
Creando una narración que trae, como he dicho anteriormente, reminiscencias de la pandemia del COVID-19 pero que funcionaría en otros momentos temporales de la especie humana. Al final, como todo buen guion, es capaz de construir algo que funcione en múltiples contextos y eso es digno de alabanza siempre.

En definitiva una obra maestra que crea un universo propio que es un clon perfecto de nuestro mundo el cual, está tan lleno de idiotas que hará que esta película pase al cajón del olvido hasta que los «Cahiers» de dentro de 20 años descubran de entre los escombros esta joya del cine que debería ponerse desde ya en todos los colegios e institutos del planeta mierda, perdón, tierra.