Jordan Vogt-Roberts no ha escrito ninguna de sus dos primeras películas, pero, ambas tienen la misma firma visual y ambiental. Tanto Los Reyes del Verano como Kong, la isla de la Calavera, comparte un universo visual y una estética que las empareja y les aporta una presencia especial. Tanto la planificación visual, como el montaje y el sonido, muestran ya una conexión tan grande que demuestran la fuerte personalidad de su director, quien deja claro que es uno de esos genios que son capaces de crear un estilo propio, original y redondo desde su primer trabajo.
Es muy habitual en el mundo del cine dejar pasar talentos por delante de nosotros sin darnos cuenta. Nunca hay que olvidar que hasta el propio Hitchcock fue infravalorado hasta la llegada de los Bazin, Truffaut y compañía. No decimos que Jordan Vogt-Roberts vaya a ser el nuevo Alfred Hitchcock pero, si decimos que con sólo dos trabajos este joven director ha dejado pruebas, rastros o evidencias de ser una potencia creativa de esas que salen en contadas ocasiones.
Sus dos primeros filmes nada tienen que ver ni en producción ni en temática el uno con el otro en cambio, aun contando también con directores de fotografía distintos, ambos comparten una misma idea del conjunto artístico de tal modo que, podríamos enmarcarlos dentro de un mismo universo al menos dentro de terrenos de imaginería.
Los planos, el montaje y el sonido consigue crear una atmósfera única y bucólica que acompaña de forma perfecta al tono de las dos películas, ambas navegando de forma idónea entre lo serio y lo cómico consiguiendo que ninguno de los tonos quede en ridículo.
Sin duda que Jordan Vogt-Roberts tiene aún mucho que demostrar pero, desde Cinematte Flix creemos que estamos ante uno de los nombres de futuro que su próxima película debe ser quien lo consagre como uno de los nuevos talentos creativos del cine actual.