La película narra la historia de un joven norteamericano que viaja a Filipinas, donde se encuentra trabajando su padre. Su estancia le traerá innumerables problemas al enamorarse de una chica, hasta el punto de ser apaleado y abandonado en medio del bosque. Un anciano maestro de las artes marciales lo encontrará y le enseñará a defenderse ante los ataques…
La película «Karate Kimura» (1987) fue dirigida y producida por Fabrizio De Angelis (utilizando el seudónimo de Larry Ludman), a partir de un guión escrito por él mismo en colaboración con Dardano Sacchetti. El film era un subproducto de serie B de nacionalidad italiana y orientado hacia el público adolescente (su título original fue «Il raggazzo dal kimono d’oro») que plagiaba con el mayor descaro el argumento de la saga «Karate Kid» de John G. Avildsen.
Al igual que en muchos films italianos de serie B o Z de los años 70 y 80, esta película trató de ser enmascarada como si se tratase de un film norteamericano. La historia tenía como protagonista a Anthony Scott (el actor italiano Kim Rossi Stuart), el cual viaja a Filipinas para visitar a su padre (Jared Martin). Allí conocerá a Maria (Jannelle Barretto), una bella joven cuya familia es amenazada constantemente por Quino (Enrico Torralba), un delincuente experto en artes marciales y líder de una banda. Al observar los constantes abusos de Quino, Anthony intentará pararle los pies, pero acabará recibiendo una soberana paliza. Sin embargo, un anciano oriental experto en artes marciales y llamado el maestro Kimura (el veterano actor Ken Watanabe, que pese a su mismo nombre, nada tiene que ver con el popular actor japonés que ha actuado en «El último samurai» (2003), «Batman Begins» (2005) y «Memorias de una geisha» de 2005), se encargará en instruirle en las artes marciales. Una vez convertido en todo un experto, Anthony tratará de darle una buena lección a Quino, y para ello utilizará su impagable kimono amarillo y su magistral Golpe del Dragón.
Este film de ínfima calidad gozó de cierta popularidad en los cines italianos (desconocemos las razones) y dio origen a toda una saga compuesta por otras 5 entregas que se estrenaron directamente en vídeoclubs y televisión (cortadas por el mismo patrón). Aunque todas estuvieron dirigidas y escritas por Fabrizio De Angelis (se ve que no tenía nada mejor que hacer), Kim Rossi Stuart (que ha seguido trabajando con frecuencia en la televisión y el cine italiano, llegando a ser el director, protagonista y guionista de la reciente película «Anche libero va bene» en 2006) tan sólo repitió en «Karate Kimura 2», estrenada en 1988 y en la que también participó Ken Watanabe. Por otra parte, en «Karate Kimura 3» (1991), «Karate Kimura 4» (1992), «Karate Kimura 5» (1993) y «Karate Kimura 6» (1993), el protagonista fue Ron Williams, que interpretó a un nuevo joven experto en artes marciales llamado Larry Jones. En 1992 De Angelis también estrenó la serie televisiva italiana (emitida por Italia 1) con protagonismo de Williams, la cual constó de 6 episodios en formato de telefilm.
En 1990 el mismo director estuvo al frente de otro film de similares características e idénticos resultados titulado «Karate Rock», protagonizado por el norteamericano Antonio Sabato Jr. Aunque este título no perteneció a la franquicia, muchas veces ha sido incluido en esta de manera errónea.
Estos 6 largometrajes fueron emitidos en España a través de Tele 5 en su entrañable y siempre añorada primera etapa, siendo unos títulos muy socorridos para acompañar cualquier día estival (ya fuese Navidades, Semana Santa, días festivos o verano). Y pese a contener algunas de las peores interpretaciones y coreografías de artes marciales jamás vistas (y ser de esos films que uno ya se sentía estafado al verlos en plena infancia o adolescencia), al final terminabas tragándotelos, te entretenían la mañana o la tarde y encima eran buenos temas de conversación para comentar con tus amigos. Por este motivo, desde aquí damos las gracias a Tele 5 cuando era un canal realmente grande, capaz de combinar en su programación clásicos de calidad como la trilogía de «Indiana Jones», con auténticos bodrios que de malos, podían acabar resultando entrañables (una lástima que este canal haya cambiado a peor).
