Ver a Michael Caine pintado como un participante de un concurso de drag queen choca, pero, casi empieza a ser de vergüenza ajena cuando esa caracterización se produce en un filme que rememora un pasaje histórico del cual poco se debe alardear. Que un grupo de blanquitos ingleses invasores maten a más de 500 guerreros zulúes no creo que sea algo de lo que sentirse orgulloso pero, parece que en 1964 el pueblo inglés sí estaba orgulloso (no se a día de hoy) y de ahí que decidiesen mostrarle al mundo en una película que buenos son ellos cuando invaden países extranjeros.
Pero, no tenían bastante con lo de exterminar zulúes por lo que los creadores del bochorno decidieron meter en segundo plano una especie de historia pseudo-gay en la que sugerir que en las férreas legiones de varones ingleses, sobre todo en las altas esferas, también existe la homosexualidad, algo que yo no niego, pero que no creo que sea relevante a la hora de contar este trágico suceso, ya que lo único que se consigue es crear una especie de efecto de aprensión hacia los personajes de Michael Caine y Stanley Baker.
Lo más curioso es que la película es una obra respetada cuando no fue creada en 1927 sino en 1964, es decir, 20 años después de que los ingleses salvasen al mundo del terror alemán. Y digo curioso primero porque en principio en 1964 creo que los ingleses debían tener claro que los zulúes no eran trozos de carne de color oscuro sino personas con cuerpo y alma que solo pretendían defender su tierra de un ejercito invasor. Y si en 1939, ellos los ingleses, tenían tan claro que los alemanes y su holocausto era terrible, no se como en 1964 no tenían claro que exterminar a 3000 hombres zulúes era igual de terrible. Detalle este que me hace plantearme cosas sobre ‘La Historia’ del mundo…
Segundo que me choca es que sea una obra respetado cuando en labores cinematográficas es un auténtico despropósito siendo una de las películas peor filmadas de la historia del cine y basta algún pequeño ejemplo que voy a destacar.
UNA ACCIÓN BÉLICA DE VERGÜENZA
Entre algunas joyas de lo ridículo cabe destacar a un inglés que va andando y se desploma cuidadosamente tras un disparo, al cual solo le falta poner un pañuelo en el suelo para enfatizar su penosa caída.
A dos soldados les hieren a la vez y uno de ellos agarra del cinturón por encima de sus partes al otro para caer hacia atrás juntos, en un movimiento que, quizás fuese sexy para sus creadores pero que hoy y seguramente en 1964 también es digno de un sketch de ‘Agárralo como puedas’.
En otro momento sale un cojo (que prácticamente no puede andar) de la enfermería con un rollo de papel higiénico enganchado a la bota tipo Scottex y se pone a repartir a diestro y siniestro con la muleta, es acojonante como el cojo y su muleta son capaces de acabar con decenas de enormes guerreros zulúes armados con lanza y escudo.
Todas las peleas cuerpo a cuerpo son ridículas, algunas bayonetas se doblan y otros se clavan las lanzas por debajo del brazo tipo recreo del cole. Además se ve hasta cuando mastican la pastilla de la sangre que llevan en la boca. Una sangre que casi es más rosa que roja. En ningún momento sabes que está pasando y cuando crees que ya todo el regimiento inglés ha caído en manos de los zulúes, el siguiente plano te muestra que no ha pasado nada y que todos siguen en pie. En fin, que sólo se echa en falta a un oficial sacando una moneda de la oreja de un zulú.
Algunos disculparán estos detalles, pero es que en la película no hay otra cosa que no sea la histórica batalla o la insinuación de que los dos altos cargos del ejercito inglés eran gays.
Por supuesto hay una mujer (blanca, negras hay muchas) en la película y tiene el personaje más estúpido, absurdo y sobrante que jamás he visto en el cine. Sobre las mujeres negras solo decir que el inicio del filme es un espectáculo de cuerpos desnudos y más con mujeres que poseían un envidiable físico y un erotismo abrumador pero, se ve que para los censores, estas mujeres no eran humanas con lo cual su desnudo no contaba como el de una blanca.
En fin, una película que consigue que me de verguenza el cine inglés de aquella época pero que por fortuna, otras obras también inglesas de aquellos años como Lawrence de Arabia, hacen que pueda seguir viendo películas de este estilo.