Grindhouse, es el término con el que se conoce a las sesiones dobles que se emitían en salas cinematográficas americanas de la década de los 70. Generalmente eran películas de horror, sci-fi, culto, trash, B-movie y exploitation, y normalmente con una muy baja calidad de proyección. Al igual que hacían estas salas, propondremos dos piezas de genero B o incluso Z. La sangre, el terror, la acción, los tetas, serán la constante de las películas seleccionadas. Si alguien espera agitar sus neuronas, se ha equivocado de sección. ¡Cámaras!, ¡hemoglobina!, ¡¡acción!! Y palabrotas admitidas, ¡¡¡no!!! …¡¡¡Obligadas!!!
AREA 51
¿Lo nunca visto?
Area 51 es una película que sólo recomendaría para casos excepcionales, es decir, para verla en plena resaca tras un fiestón etílico o, en todo caso, es ideal para ponérsela a nuestra pareja, y que ésta, inmediatamente entienda que es un mojón mayúsculo y dé paso a nuestras pervertidas intenciones (si, sexo, joder, que se os tiene que decir todo). No sé quién es el director, y realmente me importa bien poco, por no decir otra cosa, el equipo técnico y si había un interés común por hacer algo que tuviera su moraleja y ese rollo para hacer pensar que tanto les gusta a los intelectuales, pues también. El argumento del film da pie a uno de los mayores absurdos que haya visto últimamente, y eso que mi vida esta llena de gags pintorescos, pero este intento de película es casi deprimente, tanto como la cara de pasmarote de Bill Murray en Lost in Translation. A lo que voy, estén atentos, el rollo empieza con una reportera (sobre un chroma cutre) informando sobre la noticia de que el Area 51 se abrirá al público y ofrecerá, a una serie de personajes de relevancia, un paseíto por sus pasillos y demás instalaciones militares. Cuatro serán los invitados, una rubita de muy buen ver que resulta que posee uno de los blogs más visitados, el otro es el papanatas que hacía de Lex Luthor en la serie Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman, y ambos acompañados de un fotógrafo sin demasiadas luces y un cámara que poco hace.
Siguiendo con esta castaña maloliente, el problema, en realidad, es que a estos visitantes se les distraerá y no tendrán acceso a los niveles más secretos, donde habitan varios aliens, a cada cual más surrealista. Ed Wood ya estaría machacándosela con dos piedras y vestido de mujer, sólo digo eso. Tenemos desde un extraterrestre chungo sin cara que adopta la personalidad de aquel que toca, le gusta la música electrónica, y se pasa los días mirando una foto de Ronald Reagan, por la cual descubrimos que el ‘’magnífico’’ presidente era en realidad el bicho éste. Luego tenemos otro que es una especie de mantis religiosa gigante que parece un maldito velociraptor, y un tercero que viene a ser el primo-hermano de E.T. y tiene poderes telekinéticos, o algo así, no le presté demasiada atención porque se me estaba quemando la paella. Todos estos especímenes se escapan del complejo armando la de cristo, sangre y más confetis, justo cuando sucede la visita de los civiles.
¿Quién cojones se cree que un gobierno desvelaría sus propios secretos? ¿Estamos locos? ¿Quién perpetró este guión, hecho en una noche entre cervezas y porros? ¿Alguien tuvo una alucinación cósmica o algo por el estilo? Mucha muerte, muchos diálogos y situaciones escritas por un mono con tutú fumado hasta las trancas, y un realizador que alucina pepinillos y parece querer imitar el horror de las pelis de John Carpenter no salvan esta desgracia de comedia, ¿comedia? Decía, cinta de terror. Lo más destacable, el dúo militar de la foto que da pie a los diálogos más bizarros e inteligentes de esta oda a la falta neuronal. La tía está jamona. Queda dicho. Otros mundos son posibles, pero definitivamente, NO están en éste.
A continuación os dejo con una fotos de los monstruitos…
TRAILER
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SHARK NIGHT 3D
Venganzas bajo el agua…
Voy a ser cristalino como el agua y directo como la lanza de Longinos. Es una peli ni buena ni mala. Ni buena ni mala. Pues eso. El argumento es el mismo de siempre en el que un animal acuático se infla a comer carne humana. Mmm. Carne humana. Hannibal Lecter. Unos jovencitos universitarios, chutados de feromonas y estrógenos hasta el culo deciden irse de fiestecita, gracias a que una de las protagonistas tiene una casa en un lago de agua salada, no falta el friki que quiere dar mucho amor a esa chavala de tan buen ver, Sara Paxton, pero que no tendrá nada que hacer cuando esta mujer vea mi delicada y sin igual belleza y acabe desviviéndose por mi, jujuju; por otro lado tenemos el negro enrollado típico (los afroamericanos, ese colectivo tan entendido en EEUU…) que acaba hasta los mismos del dichoso tiburón, más tías buenas, un sheriff ‘’guay’’ y borrachuzo, los malos malosos que han plagado el lago de crías de tiburón para vengarse de la protagonista, y poco más en este suculento y sangriento potaje. Nada nuevo bajo el Sol.
Mucha tensión, mucho grito, mucho plano de traseros femeninos, pero poca chicha. Enmudece ante Tiburón de Spielberg, ante la primera Piraña de hace 30 años, y ante la nueva Piraña 3D del ultraconservador Alexandre Aja, el cual, en opinión de un colega, debería estudiarse este último cineasta en cualquier escuela de cine. Falta de todo. Y con razón. ¿Qué esperabais de un director que ha dirigido dos entregas de Destino Final? ¿Originalidad? Y dicho esto, no os puedo decir el director, porque aunque lo busque y lo encuentre en IMDB, pasan veinte segundos y se me olvida. Cosas de la edad. Creo que voy a sentarme y fumarme un puro habano mientras lo comentáis y meditáis. Ni siquiera el 3D se salva. Los diálogos y los personajes son tan predecibles como cualquier culebrón venezolano. Y en definitiva, vuelvo al principio tras no haber dicho nada que merezca la pena. La película no es ni buena ni mala, es Sara Paxton. Mi futura esposa. Ni os acerquéis a ella, ¿de acuerdo?
Os dejo con unas pocas imágenes para que os deleitéis…
TRAILER
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Críticas escritas por un gilipollas